Es que, ¿ahora por fin ha terminado?, se preguntaba, cuando evocaba el momento que lo cambiaría todo, las luces acompañaban la avenida, mientras el coche circulaba a toda velocidad hacia su hogar, voces, era un hombre que repetía sin cesar;
- No somos nada-, Pero ella permanecía sumida en el silencio de los que no quieren escuchar;
- No me importa lo que hagas, no se trata de ti- Entonces su mente ordenaba a sus ojos no llorar, ni gemir de dolor, delante de él no.
-No habrá más futuro para los dos, nunca lo hubo, porque siempre supe que no iba a durar- el corazón se detiene, empieza a latir nuevamente como si fuera la primera vez y las lágrimas se desbordan igual que enormes ríos cediendo ante una gran tormenta de palabras, si antes no escuchaba, ahora menos, es cuando se empieza a gritar, histérica, porque aún lo ama, porque eran tantas cosas hechas y tan pocas dichas, que el corazón se había roto.
Él se gira a fin de calmar la contienda, descuidando el camino, mientras ella grita desesperada, afligida, desconsolada, sorprendida por las luces de otro, -si, él tenia razón, se ha terminado- se dice así misma, mientras sus almas se elevan hacia un cielo oscuro.
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