f R í O

Se convirtió en polvo
El granizo que me cubre
se transformo el cielo
al tocar mi mano inerte
se convirtió en hielo
la que fue mi cama
quedo petrificada
con el viento frió
para helar mi cara
mi boca y el amor
dejando un cuerpo vació.

Todo se transformo en un recuerdo de caricias, mi alcoba fría, queriéndose llenar de estrellas que no vendrán más y en mi mano han quedado los suaves copos del ayer, mientras me pregunto a donde has ido.

Observo mi rostro en el espejo, ganas de romperlo no me faltan, he querido analizar cada una de mis partes, de mi nariz que no es mía, de mi boca que sabe amarga, de mis oídos que ya no escuchan y de mis pupilas cafés que reflejan una intensidad vivaz que busca devorarme, entonces me divido en partes, tengo ganas de desfragmentarme al unisono rompimiento del cristal, pero no ha sido posible, tengo miedo al derramamiento de sangre, pero ganas de verme en pequeños trozos no me faltan.

Mientras la luz se desvanece, busco pintura blanca para dibujar las estrellas, no quiero que se desaparezcan, me apego a ellas como un niño a su juguete, como un viejo a su bastón, o como un supersticioso a su amuleto, me he propuesto hacer un círculo de ellas en la pared, y pintar algunas lunas, gatos y corazones rotos que observen como la noche cambia cuando los primeron rayos del sol aparecen.

Ya no quiero romper el espejo, mientras pintaba apareció una canción que me haría traer de vuelta al primer poema, demostrando que el universo esta dentro y no afuera, que no necesito divisiones, porque solo soy una y formo parte del todo.