domingo, 26 de octubre de 2008

aNéCdOtAs dEl díA...y aSi El fiN dE sEmAnA tErMiNaR, a eStReLlAs nUeVaS vAmOs A aLcAnzAr, pArA aSi tEnEr uN nUeVo cOmEnzAr..



por fin era viernes, todo a comenzar, levantandome como siempre tarde, eso es de siempre en mi empezar y así en un lento vaivén mi cabello arreglar, lo cotidiano, buscar ropa, cepillar los dietes y desayudar, parece que nada cambia en este día, sin embargo es diferente, es nuevo y como yo parece un infinito de posibilidades, es etéreo.

tomar el camión, caminar un poco y a la escuela por fin llegar, ahí ver personas y caras que en mi mente recuerdo haber visto, pero su alma es desconocida para mi. así sentarme en la banca aburrirme un rato y ver pasar el tiempo, las horas y los maestros por ultimo no llegar, después la aventura vamos a comenzar.

tomar un pequeño camión, bajar en cerca de la iglesia de Santa Rosa, ver gente pasar, casas extrañas, muros raros que nos cuentan historias, así es el centro de Querétaro, pintados de múltiples colores que nos evocan una época diferente, anhelante de la colonia con todas sus hermosas iglesias, donde sé, existieron mágicas y taciturnas experiencias.

caminar y caminar... lentos y cortos pasos dar, así sin un rumbo para fijar y tres estrellas que bajaron al firmamento siguen por el sendero colonial, mi amiga Ely, la princesita de los ojos bellos fercha y yo, ese éter que ve este presente. Las tres dando vueltas , buscando un lugar para comer, caminando sin sentido por estas calles (¿acaso caminamos con sentido por la vida?), así llegar a un pequeño restaurante, lleno de fotos en su centro, historia de cultura mexicana de los 60's, una hermosa fuente y muchas personas, murmullos de voces que se pierden en el aire y que mi alma no escucha pero siente.

Al entrar un hombre llama mi atención, leyendo lo que parece un boceto de un libro, pero esa impresión del alma es descartada por el ser racional que no le toma importancia. al sentarme con mis amigas muchas cosas listas para ordenar, enchiladas, quesadillas, café y agua y así se origina un lento platicar de la comida entre amigos que se disfruta, tomando fotos con la mirada de lo que nos rodea, hablando de sueños, estrellas y constelaciones completas que son escritas, al ir al baño un espejo y florero encontrar es así donde con diversas fotos nuestra alma hemos de retratar y de nuevo a la mesa regresar, seguir hablando de estrellas fugaces que pasan como todos los amores, y pues a la princesita de los ojos bellos le faltaba un castillo y tomo la firme determinación de pedirle uno a su caballero andante sino, no se casaría con el. Yo ya tengo un castillo le comente, mi casa tiene forma de castillo. ¿Y porque un castillo? Pregunto Fercha, Porque yo siempre me imagine viviendo en un castillo como en todos los cuentos películas y libros de historia, compartiendo mi luz con mágicas hadas.

Y así escuchando nuestra conversación, el hombre que al principio llama mi atención sentado a nuestro lado se dirigió a estas eternas voces y nos contó la historia de una princesa que para poder casarse con el príncipe le pide que le construya un castillo, este perdidamente enamorado de la princesa lo construye, pero cuando termina de hacerlo la princesa le dice que no quiere casarse con el príncipe y el príncipe se muere de tristeza.

Platicamos así durante unos minutos sobre cosas interesantes, invitándonos a que algún día en nuestra vida conozcamos quinta Guarneros y el museo Tarahumara en chihuahua, tratando de darnos algunos consejos sobre que el derecho que no puede estar por encima de la justicia, cuando es así hay que guiarnos por la justicia (aunque yo me apego a Sócrates, es más injusto desobedecer la ley injusta que la misma injusticia de acatar esa ley), así podría comenzar todo un tratado de justicia que no viene al caso por que es una aventura bajo un arcoíris.

Y en esta aventura, al despedirse el distinguido caballero y al mirar sus facciones, era él, el interminable amigo que me contó los cien años de soledad, García Márquez, tal vez no él, pero si alguien muy parecido. Mi amiga Ely yo concluimos que somos lucecitas encaminadas a encontrarnos y que aunque nuestra locura y éter es interior, en el camino, como lindas libélulas en la oscuridad nos identificamos. Así recordaremos a ese doble de García Márquez como aquel que escucho y compartió nuestra historia, aunque muchos no entiendan que el platicar con personas diferentes o desconocidas puede hacer tu día (ejemplo las meseras del restaurante), para mi conocer esencias parecidas y nuevas es una gran alegría

La salir de restaurante, comenzamos a tomar fotos a la incansable ciudad, a ese centro barroco, que con mi mente y alma en mi interior evoco. Caminamos por el jardín del arte, una pintura no le hace mal a nadie, tomar fotos a una mujer dormida en agua, estatua divina que sueña, descansa y parece que en el tiempo nunca se acaba en el centro de la plaza.

Para así llegar a varias fuentes, en especial la de estatuas representando el clamor de la música que con agua podría ser música de esferas que se combina con todas las notas que tu mente espera, tomándonos fotos al lado de ellas, con poses que nadie cree que hacer puedas, a si de versátil es este mundo como nosotros mosqueteritas de aventuras y locuras que con gente nueva platican, tomando fotos de bruma etérea que reflejan sentimientos, alegría y tristeza.

Para finalizar el viaje, a la biblioteca, mar de libros en el que me hundo, parece que nunca podre salir de ese hermosos jardín profundo, que le vamos a hacer, es un vicio me gusta leer. Maravillosos sumergirte en un mundo nuevos, realidades nunca antes conocidas, contempladas de nuevo y contadas solo para ti y las haces tuyas y de ahí nunca quieres salir porque te marcan con un nuevo existir

Sin embargo el rumbo que no es fijo tiene que terminar y a casa hemos de regresar a pasar las fotografías de vistas plasmadas de nuevas historias contadas estos espacios, en estos portales donde nunca padecen del cansancio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

MeNsAjEs dE LuCeS EtéReAs...

Datos personales

Mi foto
Santiago de Querétaro, Querétaro, Mexico
efímera nostalgia, apabullante alegría, sollozos crepusculares y positivismo al anochecer... que rara es la naturaleza humana...